Una nueva contienda electoral se acerca y nuevamente nos encontramos con un panorama poco renovado de caras y caretas acordes con esta nueva funcion; espectadores de un triste espectaculo que bien podria llamarse la "involucion de los procesos" donde la voluntad de la mesa chica se impone por sobre la voluntad, de afiliados, aspirantes y la ciudadania misma; que eleccion tras eleccion ve como todo pareciera mercantilizarse mas, desde un cargo, un voto y hasta la dignidad misma; las exepciones son monedas no convertibles aun en valores reales.
La ausencia de debates serios, abiertos y publicos sobre el proyecto comun, o los legitimos intereses por lo que los partidos y los candidatos son motivados preocupa, como en un duelo de malambo de gauchos brutos, no importa el estilo sino quien levanta mas polvareda, por ahora todo se limita a un ingenuo y facilista cruce mediatico de acusaciones entre victimas y victimarios, entre mecenas y mercenarios que nada construye y cansa.
En 25 años de ininterrumpida democracia deberiamos haber madurado un poco mas y dejar ciertos vicios adolecentes que tanto daño nos hacen.
La renovacion de las bancas legislativas tanto de diputados de concejales, exige reflexionar sobre las propuestas, las reformas y las ideas que se puedan aportar a a los fines de sacar a flote a una provincia que grande y rica en cuanto a su territorio y pequeña y pobre en cuanto a su poblacion, es sometida a diario a una desigualdad distributiva tan dolorosa como inentendible y vergonzosa.
Los comprovincianos soportan con la pasividad que nos identifica la ausencia de un Estado que minimamente pueda asegurar lo indispensable para que tantos catamarqueños puedan vivir dignamente y por otro lado es negador de soluciones a conflictos que ya parecen historicos como el de los trabajarodes de la salud y los de la educacion, negador de politicas que han fracasado, como la de la mineria, que en descarada complicidad sigue siendo ocultada y silenciada a travez de faraonicas obras, desmesurados festivales, mendigantes dadivas otorgadas a diferentes instituciones y con el dinero sucio que pudo con las convicciones de en su momento ferreos luchadores que pueden ya darse por derrotados.
La pregunta es; ¿estamos a tiempo? Sostengamos la un poco mas la esperanza y digamos que si, estamos a tiempo como ciudadanos a exigir a los partidos y candidatos que debatan sobre estos y tantos temas que en verdad interesan, que sienten posiciones y asienten los pies sobre esta su tierra, como ciudadanos debemos ejercer con responsabilidad el derecho de a elegir con libertad y conciencia a los futuros hacedores de leyes y ordenanzas en pos de nuestra seguridad y bienestar, debemos instruir y evangelizar los valores democraticos a los jovenes y a aquellos que han perdido la fe en este sistema, en definitiva debemos ser mas ciudadanos y menos rehenes, exigamos, promovamos y comprometamos que nunca es tarde para "despertar"; la voz ronca de los pueblos esta siempre latente y no hay poder en el mundo que pueda hacerla callar.
Aun estamos a tiempo, nunca es tarde Catamarca!!
Pablo Reyes
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