31 de agosto de 2007

LEY de MURPHY


En pocos días se conocieron noticias de tenor similar: los derrames en Minera Alumbrera (multinacional ubicada en Catamarca), y la intoxicación de decenas de obreros en Botnia (pastera finlandesa instalada en Fray Bentos, Uruguay). Más allá de los supuestos “accidentes” los hechos mostraron, por si hacía falta, el efecto contaminante de estos emprendimientos y, mucho más, un modelo de (sub) desarrollo que genera desempleo, empobrecimiento y muerte, salvo que sean detenidos, como en Esquel y La Rioja, por la acción de las comunidades. PROMULGARON LA LEY DE MURPHY

La Ley de Murphy es aquella según la cual si algo puede salir mal, saldrá mal.
Una de sus derivadas indica que: “Las cosas que se dejan para que se arreglen por sí solas, tienden a empeorar”. Otra señala: “Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal”. Una más: “Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos”.
El ingeniero Edward Murphy, descorazonado autor de esta hipótesis, podría ser considerado un optimista en algunos países del sur.


¿Qué será lo que se derrama?

En Bajo Alumbrera, la minera vastamente denunciada y ubicada en Catamarca, se produjo un nuevo derrame en el mineraloducto que traslada el material extraído del yacimiento, que ha convertido el territorio de esa zona cercana a Andalgalá en una especie de cráter gigantesco de dos kilómetros de diámetro y 600 metros de profundidad, producidos a fuerza de dinamitar montaña y tierra para extraer oro.
En un mes, se utiliza allí la misma cantidad de dinamita que en toda la Argentina en un año. El material se traslada a un dique de cola, donde los ácidos separan el metal que sirve de lo inservible.
Por cada tonelada de tierra molida se obtienen, gracias a los ácidos, seis gramos de oro y seis kilos de cobre. Se remueven 340 toneladas diarias.
El resto pasa al mineraloducto que hace un recorrido de 310 kilómetros, y cuyas pérdidas y derrames afectan a tres provincias.
El propio dique de colas fue construido sobre una falla geológica que provoca permanentes derrames, y obligó a construir una llamada “estación de retrobombeo” nombre tecnológicamente impresionante que indica una especie de aspiradora con la que intentan recuperar las filtraciones ocurridas.


La empresa, como parte de lo que resulta el nuevo marketing minero se anticipó a las denuncias minimizando el problema e informando que el “barro mineralizado” (por el desecho contaminante) no alcanzó a envenenar ningún curso de agua.
La información en estos casos tiene la enorme ventaja (para las empresas) de que si existió la contaminación, recién se sabrá dentro de meses o, peor aún, años. Los vecinos han demandado a la empresa y existe además un conflicto interprovincial por la contaminación que provoca. Sin embargo este tipo de noticias aparece en medios contrainformativos como Clarín no en la sección política, ni economía, sino en “sociedad” junto al anuncio de un Jardín Botánico en Maschwitz.


Minera Alumbrera está formada por la suiza Xtrata, y las canadienses Goldcorp Inc. y Northen Orion Resources Inc. Como se plantea en la página No a la Mina Minera Alumbrera derrumba periódicamente “el mito que pretende instalar el sector minero sobre el uso de tecnología de nivel internacional y los altos estándares ambientales”.

El modelo de subdesarrollo

La propaganda minera tiene el record de prometer más que los políticos.
En Catamarca, Minera Alumbrera había prometido un barrio para 5.000 personas, 6.000 puestos de trabajo, un hospital de alta complejidad. Lo que sí concretó es una especie de ciudad autista y aislada enclavada en la montaña, una especie de country de lujo para los directivos. El último pago declarado de regalías a Andalgalá, fue por el 0,7 de lo que declaró extraer. Los ambientalistas y políticos locales sostienen que la empresa factura el triple de lo que declara, o sea, 1.700 millones de dólares, en una provincia donde el 48 % de la población vive bajo la línea de la pobreza.




El modelo minero, por lo demás, anula otras producciones por su propia naturaleza, si es que a la palabra naturaleza le cabe algún lugar en todo este negocio extractivo.

22 de agosto de 2007

Otro Derrame Mas y Ya Perdimos La Cuenta...

La Alumbrera reconoció un nuevo

derrame de concentrado por la rotura del ducto.


Un nuevo derrame de una mezcla de barro y minerales se registró en un conducto de la empresa multinacional Minera Alumbrera, que tiene la explotación del Yacimiento de Bajo La Alumbrera de Belen.

Esta vez, el problema ocurrió en una estación de bombeo del mineraloducto que va desde el yacimiento de Bajo La Alumbrera a la localidad de Cruz del Norte, en Tucumán. El derrame ocurrió a la altura del paraje de montaña Santa Ana, en el límite entre Catamarca y Tucumán.

El problema ocurrió el pasado jueves en la zona del cordón montañoso de Aconquija, y por primera vez la propia empresa reconoció el derrame. Adelantándose a las frecuentes críticas de los ambientalistas, los directivos de la multinacional dieron cuenta del problema y lo minimizaron. Además, adelantaron que dieron aviso a las autoridades de Minería.

El ducto que sufrió un accidente es un tendido de más de 300 kilómetros hecho por la multinacional para sacar el mineral del yacimiento. Actualmente está siendo reparado por operarios de la empresa minera para que vuelva a funcionar.

Al respecto, desde Minera Alumbrera informaron que "se produjo una falla en la estación de válvula VS2, en la zona montañosa de Cumbres de Santa Ana, en la provincia de Tucumán".

Destacaron a la vez que "al detectarse una baja de presión en el transporte de concentrado, los sistemas de emergencia actuaron de forma inmediata, deteniendo la actividad del ducto e interrumpiendo el transporte del material".

"El concentrado -barro mineralizado- fue contenido en su mayoría en las piletas de emergencia construidas para tal fin y no entró en contacto con ningún curso de agua de la zona", aseguraron desde la multinacional.

Este es el cuarto episodio de derrame. Los dos últimos se registraron el año pasado en el paraje El Carrizal y el anterior fue en el paraje Ampujaco. En esos casos trascendieron porque fueron denunciados por baquianos y pobladores de la zona de Villa Vil.

"Las tareas de limpieza y remoción comenzaron inmediatamente y el material será removido bajo el monitoreo de la dirección de Recursos Energéticos y Minería, que ya ha inspeccionado la zona, según los procedimientos establecidos para la industria minera", aseguraron desde la empresa respecto del nuevo caso.

El tendido del conducto de 317 kilómetros va desde la planta del yacimiento y procesamiento en Bajo La Alumbrera hasta la localidad de Cruz del Norte, en Tucumán. Y es cuestionado por ambientalistas por cruzar el lechos de ríos.

En Tucumán el mineral (un concentrado que contiene cobre, oro, plata, molibdeno y otros minerales) es secado en playones. Luego es transportado al puerto de Rosario (Santa Fe), para su industrialización en el exterior.

Los ambientalistas del Oeste insisten en asegurar que a raíz de los anteriores derrames se produjo un cierto grado de contaminación de las napas subterráneas y del lecho del río Villa Vil.

También afirman que el ducto, por el uso intenso las 24 horas y los 12 meses del año (desde comienzo de la explotación en 1997), tiene un grave desgaste de material y consideran deficientes los controles que realiza el Gobierno provincial en materia ambiental.

3 de agosto de 2007

No te dije yo...!

"El Estado Catamarqueño
responde a Intereses Privados"

En nuestra provincia, la discusión sobre el tamaño del Estado y la ampliación de las fuerzas del mercado no plantea el problema de fondo; quizás en otro Estado si, con otra política y otra economía, pero no en Catamarca donde su Gobierno privilegia el interés empresario.

Talvez convenga acordar con los estudiosos que señalan que en América Latina, el Estado ha sido en gran medida privatizado aún antes de la década del ’90, mucho antes.Esos teóricos sostienen que los Estados nacionales y subnacionales en América son controlados por fuerzas que no son propiamente políticos-estatales, sino que son fuerzas políticas vinculadas a la sociedad civil, de las empresas, las que han privatizado porciones importantes de los estado, su máxima dirigencia política inclusive.

Con esa privatización le han quitado el carácter de “publico” claro.El mundo moderno avanza precisamente hacia lo publico a lo largo de dos ejes: en la empresa, a través de la economía, y en el Estado. El movimiento es el mismo, se tiene que rendir cuentas a la sociedad sobre las decisiones adoptadas, ya sean decisiones en el ámbito de la empresa privada, o en el ámbito del Estado.Esas simples nociones de cómo funciona una sociedad moderna, democrática, nos dan ya mucho que pensar sobre el real estado de situación de nuestra Catamarca: aquí empresas poderosas determinan asuntos que nos incumben a todos, y el Estado, a través de dirigentes genuflexos y corruptos, legitiman esas decisiones.

Un caso palmario es la decisión de empresas mineras que no quieren que la provincia tenga un ferrocarril y menos que las obligue a ellas a usar ese medio de transporte; todo con la complicidad de un Estado gobernado por intereses “privados” claro. La cuestión es como se valoriza el control público sobre el Estado. Desde lo ideológico se plantea que todo lo privado es, por el solo hecho de ser privado, automáticamente bueno, y en consecuencia, que es democrático, que rinde cuentas. De hecho, lo que ocurre es que lo estatal, aquí obedece no solamente a la burocracia, sino a los intereses privados que priman en el Estado.

El Estado catamarqueño es un gran ejemplo.Algunos reconocidos teóricos llaman a esto “anillos burocráticos” en el sentido en que las vinculaciones entre los intereses privado y estatales disfrazan decisiones que de hecho son privadas, como el del ferrocarril para Andalgala, aunque aparezcan como estatales. Es más, cuando se critica esta situaciones, se cuestiona al sector estatal solamente y no al privado, obviándose lo principal, que es lo publico, o sea, cómo se rinde cuentas a la sociedad del porque de la decisión tomada, en este caso contraria al interés general de la provincia y de los catamarqueños por Eduardo Brizuela del Moral.Ese es el meollo de la cuestión.
Texto de CatamarcaActual.com

1 de agosto de 2007

Las Voces Que Hicieron Eco...

“La minería no deja nada al país –denunció con tono encendido Pino Solanas-. En teoría debería dejar el 3 por ciento en regalías. Pero con mucha suerte, apenas aportan el uno por ciento, porque pueden deducir de ellas todos los gastos de exploración. Además, todos estos valores se toman sobre las declaraciones que realizan las propias empresas, porque no existe ningún control público de las riquezas que se llevan del país. Aparte, no pagan ni el impuesto al combustible, ni el impuesto al cheque. El gobierno subsidia la actividad, un 2,5 por ciento en el noroeste y del 2 al 7 por ciento en la Patagonia. Con estos subsidios se pagan todos los salarios de los empleados de las mineras. Pobre San Juan, la exportación de tres de sus mineras equivale a cuatro veces su presupuesto. Y el Bajo La Alumbrera extrae 80 millones de litros de agua por día, es el agua que no tienen los agricultores.”



Lo que está creciendo
Desde Esquel se sumó Churi Boto, miembro de los autoconvocados por el No a la Mina, que quiso aportar esperanza a la convocatoria. “Tengo una inmensa alegría por ver como se nacionalizó este conflicto –señaló-. Hace cinco años éramos poquitos, a veces nos decíamos que teníamos todo en contra: el gobierno nacional, el provincial, el municipal, la Iglesia. Pero decidimos no mirar al que teníamos enfrente, sino mirar al que teníamos al lado nuestro. Hoy ya somos 14 provincias movilizadas contra la minería y cinco ya consiguieron leyes que la limitan. Esta es una pelea de David contra Goliat. Esquel pudo, si estamos juntos podremos todos”. Enseguida subió al escenario Sergio Martínez de Andalgalá, Catamarca, y desplegó un mapa. Señaló Bajo La Alumbrera y el inminente emprendimiento de Agua Rica, separados por tan solo 17 kilómetros. “Ahora están realizando cateos en mi pueblo, nos están diciendo que nos vamos a tener que ir. Ya no sólo nos contaminan el medio ambiente, sino también la vida de nuestros poblados”.


El próximo orador habló pausado, casi sin modular, pero con mucha energía. Damián Flores llegó de la comunidad indígena Santa María, la única de todo el territorio argentino que tiene títulos de propiedad obtenidos en la época de la conquista. “No veo a los legisladores de Catamarca aquí y si no están, son parte de esto que destruyó y saquea a nuestros pueblos. La nación diaguita está siendo saqueada. Antes venían los tucumanos y los salteños a curarse a nuestras tierras, hoy los enfermos somos nosotros. Lo dicen los médicos, el 80 por ciento de nuestros chicos tienen problemas respiratorios”, denunció. Desde Santiago del Estero llegó la diputada provincial Susana Elías quien habló junto a un representante ambientalista. “Como cortamos rutas dicen que somos extremistas –señaló-, pero si no cortamos los periodistas no nos abren las puertas. Nuestras termas de Río Hondo vendían buen clima y salud. Hoy están amenazadas por las minas a cielo abierto de Catamarca. Las termas van a desaparecer, el río no sólo ya no tiene peces sino que enferma.”


Viudas y prostíbulos

Una presencia llamativa era la del tucumano Juan Prado: la provincia más pequeña de la Argentina no tiene actividad minera. Sin embargo, el hombre estaba allí. “No es necesario tener minas para ser parte de este proceso. A nosotros nos llega la contaminación por el mineralducto, el electroducto y las plantas de secado. Hace doce años, las empresas entraron a la casa de los tucumanos de la mano de la Justicia para sacarnos y hacer los electroductos que necesitaban. Y no sólo eso, la Universidad de Tucumán participó del proyecto de La Alumbrera”, se indignó Héctor Pituil era una de las presencias más pintorescas. Estaba cubierto de pies a cabeza por una bandera argentina:

“El Famatina no se toca”, estaba escrito sobre ella. “Pobreza, viudas y prostíbulos. Eso genera la minería”, sintetizó. Una de las que asía con más fuerza la bandera argentina gigantesca era Marina Martínez. Había llegado de Ongamira, un poblado que se encuentra a 110 kilómetros de Córdoba Capital y a 25 de Capilla del Monte. No hay Internet ni teléfono y viven apenas 40 personas que trabajan la tierra. Era una zona sagrada de los comechingones y dicen que es una gran reserva arqueológica y paleontológica. Nueve mil hectáreas ya fueron concedidas para la extracción de oro, plata, cobre, cinc y abesto. “No solo contaminarán varios ríos, sino también la Laguna de Mar Chiquito y Salinas Grande”, subrayaba Martínez que, junto a todos los manifestantes, comenzó otra vez a gritar. Ya no les exigían a los diputados que se despierten.

La consigna había cambiado. Otra vez, por la avenida Rivadavia tronó la consigna “que se vayan todos”. La sensación del observador era extraña en Congreso, en plena calle. ¿Dónde estaba ejerciéndose mejor la democracia en ese momento? ¿En la asamblea de esas comunidades, con sus temores, sus intercambios y sus esperanzas, o en los impenetrables despachos legislativos?


Dios Esta en Todas Partes,Pero Atiende en Capital...

El Atraso del Progreso


Comunidades de todo el país a través de sus asambleas de vecinos se manifestaron en el Congreso contra la explotación minera actual, que contamina y aniquila a la Naturaleza y a los esquemas productivos de las provincias, y produce niveles crecientes de enfermedad y muerte
El discurso sobre el “progreso” que representa la minería no se sostiene. La presencia de vecinos de todo el país, y un dilema sobre cuál es el lugar de la democracia.
Doscientos metros de bandera celeste y blanca envolvieron el edificio del Congreso de la Nación. La sostenían centenas de personas que bajaron desde la cordillera a la ciudad de Buenos Aires para denunciar una política presentada como progreso económico pero que en verdad atenta contra la vida: la explotación minera contamina con cianuro, metales pesados y lluvia ácida a sus campos, a sus ríos y a sus cuerpos. El martes 24 de julio, asambleístas de Catamarca, San Juan, Córdoba, La Rioja, Tucumán, Chubut, Mendoza, Jujuy, Santiago del Estero y Sierra de la Ventana reclamaron una ley que prohíba la minería a cielo abierto y la derogación lisa y llana del Código Minero. Los manifestantes protestaron con igual intensidad contra las normas aprobadas durante el menemismo como contra la política del sector que impulsa el actual gobierno.




Marcha y asamblea

“Despierten diputados, despierten”, exigían los manifestantes acompañados por el penetrante sonido de un erque de cuatro metros de largo que asimilaba a la manifestación con un ritual sagrado. El cineasta Fernando Pino Solanas y la cantante Zuna Rocha encabezaban la marcha, convocada por los diputados Tinnirello (Redes), Fabiana Ríos (ARI) y Alejandro Sangenis (Movimiento Tres Banderas). Un rato antes del banderazo, Cristian Cabrera, de la Comisión por los Derechos Humanos de Jujuy, invitaba a ingresar al auditorio ubicado en el subsuelo del edificio anexo del Congreso, donde se desarrolló una multitudinaria asamblea federal. “En mi provincia –dijo el jujeño- tenemos 17 emprendimientos mineros, que contaminan el agua y el aire. Las empresas vienen, explotan la montaña, se llevan metales valiosos, no dejan regalías ni trabajo, sólo contaminación”


En el auditorio, una mesa hacía las veces de púlpito. Estaba cubierta por una bandera que clamaba: “Basta de saqueo y contaminación. Defendamos el agua. Defendamos la vida”. Frente a ella se sentaron miembros de comunidades originarias, peones de campo, productores y también personas vinculada a la actividad turística.”