El Silencio es Salud

Ns/Nc: Para que esta?

El Gobernador Eduardo Brizuela del Moral, señalado desde diversos estamentos como responsable directo de la salvaje represión a los ambientalistas de Andalgalá, no pronunció hasta el momento una sola palabra sobre el violento desenlace de la protesta contra la explotación de Agua Rica.

Agrupaciones sociales, organizaciones ecologistas, dirigentes de la oposición y hasta legisladores del Congreso de la Nación, cuestionaron la inacción de Brizuela del Moral en la etapa previa al conflicto, al recordar que la protesta en Andalgalá llevaba ya dos meses sin que se procurara buscar una solución pacífica.

Pero el Gobernador ni siquiera salió a responder esas críticas, y optó por actuar como si nada hubiera pasado. De hecho, a comienzos de año convocó a su gabinete en pleno para discutir cómo actuar después de una fuerte lluvia que causó problemas en la Capital, pero esta vez el tema no pareció relevante.

Oficinas comerciales, locales de ventas, edificios públicos y vehículos fueron incendiados y dañados en Andalgalá, donde quedaron a demás decenas de heridos y personas detenidas, pero el jefe de Estado no hizo ningún comentario sobre el tema, ni el mismo lunes, cuando se desencadenaron los sucesos, ni el martes, ni el miércoles ni tampoco, hasta el momento, en la jornada de hoy.

Brizuela del Moral participó incluso de un acto público, al tomar juramento a un funcionario, pero no realizó ninguna declaración. Tampoco viajó a Andalgalá ni se anunció que tenga previsto hacerlo. Idéntica conducta tuvo su ministro de Gobierno, Javier Silva, y los principales funcionarios del Gobierno.

Quizás se trata de una táctica para “cuidar la imagen” del mandatario, pero en ese caso sería una estrategia cómoda, infantil, irresponsable y por sobre todo inútil; ya que se trata de hechos consumados que involucran a toda una ciudad, y pretender que nada sucedió marca un desentendimiento impropio de quien debería gobernar la provincia en lugar de esconderse.